Aceptar y amar tu cuerpo en el aquí y ahora, es aceptar y abrazar todos los errores del pasado así como todos los aciertos y bendiciones que viviste. Todo es perfecto tal y como es y la vida se expresa en cada momento a través de objetos, personas y seres que se cruzan en tu camino…en tu mano está querer ver, escuchar y seguir esas señales que te hablan del camino a seguir, de tu ruta, de la vía más fácil.
La danza oriental remonta sus orígenes a una danza sagrada, que era bailada en exclusividad por las sacerdotisas en los templos del antiguo Egipto, fuera de los ojos paganos, como una herramienta que permitía a la bailarina conectar con los Dioses a través de su cuerpo como único vehículo.
Tomar conciencia de tu cuerpo es desarrollar algo más que conexiones neuronales, es despertar también el alma a un nuevo estado donde el fluir de la vida, el equilibrio de las emociones y el respeto por todo tu ser, se ponen de manifiesto.
Te invito a que a través de la danza, conectes con tu ser, despiertes tu feminidad, liberes la danza y el movimiento que fluye dentro tu cuerpo y por tu cuerpo… para Sanar, Unificar, Equilibrar y Llenar de Vida cada una de tus células, de Amor cada uno de tus sentimientos, de Paz cada pensamiento. Permite a tu mente, tu corazón y a tu útero vibrar en el presente y ríndete a recibir los regalos que se esconden en él. Porque tu cuerpo es un vehículo sagrado, es el templo donde se manifiesta la Vida y la Divinidad que hay en de ti.
Esta danza es un regalo divino para tu disfrute, salud y bienestar. Ahora en tus manos está escogerla y recoger sus frutos.
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